Baumer FlexFlow® convence mediante su sencilla instalación y control eficiente de la velocidad del flujo y la temperatura del medio. En la localidad de Falkenberg, la cooperativa lechera Arla Foods ha logrado por primera vez transparencia sobre el consumo de energía en la producción de requesón. Se utilizó el sensor de flujo FlexFlow® de la empresa Baumer que puede medir no solo el flujo sino también la temperatura del medio. Gracias a los posibles ahorros en el futuro y la sencilla instalación, esta inversión fue rentable rápidamente.
La cooperativa lechera Arla Foods produce 20.000 toneladas de requesón en la localidad de Falkenburg cada año; eso significa 76,9 toneladas diarias. Es una cantidad impresionante pero Arla Foods cubre con ello la demanda de requesón en el mercado sueco casi por completo y además, exporta a Finlandia, Dinamarca y Grecia. Con cantidades de producción de este calibre es obligatorio contar con un proceso de elaboración que utilice los recursos eficientemente; además que Arla Foods es líder en el tema de la sostenibilidad: la cooperativa lechera quiere lograr que la elaboración de sus productos lácteos sean completamente neutrales en cuanto al CO2 para el año 2050. Un componente importante de esto es la eficiencia de energía.
Mattias Abrahamsson, Gerente del Sistema de Producciónen Arla Falkenberg, comenta: «En los últimos años nos hemos enfocado cada vez más en el monitoreo del consumo de energía en nuestras instalaciones. Pero en algunos ámbitos simplemente no sabíamos dónde se usa exactamente la energía.» El sensor de flujo calorimétrico FlexFlow® de los expertos suizos en sensores de Baumer fue la solución. Arla lo instaló en los puntos neurálgicos del sistema de refrigeración y calentamiento y, en base a los resultados de medición, pudo tener por primera vez una imagen clara del consumo de energía. Ahora el fabricante de productos lácteos puede derivar de ello medidas concretas para la reducción de la energía utilizada.
Enfriamiento y calentamiento: esos eran los puntos clave en el consumo de energía para Arla Foods en Falkenberg. En la concepción de la planta, el fabricante de productos alimenticios ya había hecho mucho para reducir el balance de energía considerando su compromiso con la sostenibilidad. Por ejemplo, utiliza el frío exterior del clima sueco, en la medida de lo posible para el circuito refrigerante que enfría el queso producido de 60 a 30 grados Celsius a fin de lograr una temperatura de refrigeración de 0,5 grados Celsius. Sin embargo, también ahí se encontraron pérdidas de energía que Arla no había podido localizar de manera precisa por mucho tiempo. «Cuando escuchamos las posibilidades del sensor FlexFlow®», dijo Mattias Abrahamsson, «estuvimos muy interesados. Nos pareció que era exactamente lo que habíamos estado buscando por mucho tiempo.»
La sencilla instalación del sensor de flujo FlexFlow® es el resultado del diseño simétrico y centrado con un elemento sensor antes de la punta del sensor, mediante el cual se puede instalar el sensor de forma óptima en el proceso, independientemente de la orientación y posición de montaje. «Con nuestra cartera de productos queremos facilitar a nuestros clientes la puesta en marcha en la medida de lo posible», dice Martin Leupold. «Así pueden utilizar su valioso tiempo para sus tareas propias.» El sensor de flujo posee una robusta carcasa de acero inoxidable con un sistema electrónico completo, que evita el complejo un cableado y montaje del armario de distribución. Además, el FlexFlow® cumple los requisitos de la clase de protección IP 68 (Baumer proTect+), que, junto con los materiales utilizados para aplicaciones higiénicas hace que sea perfectamente apto. Una característica extraordinaria es su rango de temperatura máxima de hasta 150 grados Celsius, que también lo califica para tareas en el proceso de esterilización (SIP).Arla ya ha instalado 15 sensores de flujo en el circuito de refrigeración y en el sistema de calentamiento. En la siguiente etapa se tiene planeado equipar con sensores también la tubería de retorno CIP, para monitorear y optimizar el consumo de energía también ahí. Mattias Abrahamsson se muestra muy satisfecho: «Se demostró que esta es una solución económicamente eficiente. Y como los sensores instalados hasta ahora entregan los resultados que necesitamos de forma fiable, estamos instalando cada vez más sensores.» También Martin Leupold está contento: «Esta solución permite a nuestro socio de tantos años, Arla, optimizar específicamente su consumo de energía, ahorrar recursos y transformar en hechos su promesa de sostenibilidad. Es exactamente para estas soluciones que trabajamos en Baumer».
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