La robótica colaborativa ha llegado para quedarse. Es la conclusión en la que han coincidido los participantes de la mesa redonda virtual “Persona y cobots: ¿qué nos une?”, organizado por ABB. El 84% de las empresas ve próximo apoyarse en el uso de la robótica. Y la pandemia no ha hecho más que poner aún más de manifiesto las necesidades de automatización. En este contexto, los cobots son una oportunidad de mejora tanto para empresas como para los empleados, que verán potenciadas su capacidad de rendimiento en su puesto de trabajo.
En el encuentro virtual participaron Sergio Martín, director del negocio de Robotics y Discrete Automation para España y Portugal; Esther Paniagua, periodista especializada en ciencia y tecnología; Fernando de la Rosa, co-fundador de Foxize School y profesor de estrategia digital y director de Desarrollo de negocio; y Alex Salvador, gerente de la Asociación Española de Robótica y Automatización, que actuó como moderador.
Tres familias de cobots
Sergio Martín comenzó el encuentro señalando que “estamos en una década en la que la manufactura está cambiando a una gran velocidad. Para entender qué es la robótica colaborativa hay que imaginarse a un robot fácil de programar, que trabaja codo a codo con el operario, en un entorno seguro, flexible y de alta productividad. Estamos cambiando la manera en la que transformamos la industria y la calidad del trabajo con la tecnología”.
Respecto a los robot de ABB, Martín señaló que “en 2015 presentamos YuMi, nuestro primero robot colaborativo, con el que abrimos una nueva era en la utilización de herramientas automáticas. Después, la familia de robots colaborativos se amplió con GoFa y SWIFTI. Con ellos, la pequeña y mediana empresa tiene a su alcance la oportunidad de obtener un mayor rendimiento. GoFa es ideal para empresas que comienzan a robotizar para ser más competitivos. Puede trabajar con un alcance de un metro y una capacidad de carga de 5 kg. SWIFTI, por su parte, es un robot rápido, a medio paso entre la robótica industrial y la colaborativa.
Martín apuntó también que la pandemia ha acelerado la transformación que se orienta hacia la automatización de las empresas. “Los cobots ya se están utilizando en industrias que tradicionalmente no los utilizaban, como logística, retail o bebidas”, señaló.
Aprendizaje y tecnología
Tras una demostración de cómo pueden trabajar los robots colaborativos, Fernando de la Rosa señaló que “estamos viviendo el aprendizaje relacionado con la tecnología como si fuéramos adolescentes. Necesitamos fijar conceptos y aunque la tecnología puede ser útil, tenemos que aprender rápido. Los robots colaborativos nos permiten hacer más, cometer menos errores y realizar tareas que ni siquiera habíamos imaginadoo”.
Por su parte, Esther Paniagua apuntó que “es cierto que la COVID-19 nos ha acercado más a procesos de automatización y la economía sin contacto. Probablemente estamos más dispuestos a trabajar con robots, aunque siempre según el sector en el que nos movamos y el puesto que ocupamos en la organización”.
“También hay que contar con que tenemos reticencias al cambio, pero los cobots surgen para que podamos trabajar codo con codo. El 40% de los empresarios señalan que la introducción de robots en sus negocios ha mejorado la satisfacción de los empleados y la calidad de los trabajos. Necesitamos ejemplos que ayuden a ese cambio de mentalidad que nos muestre que esos sistemas no vienen a echarnos o a precarizarnos. Sino a eliminar de la ecuación las tareas repetitivas, tediosas y peligrosas”, afirmó Esther.
Robótica colaborativa
Sergio Martín apuntó también que “la robótica colaborativa lleva en el mercado unos años. Teniendo en cuenta que el 90% del tejido industrial español son pymes, esperamos un crecimiento muy rápido de este tipo de robótica al ser más accesible”.
Asimismo, Martín señaló que “es necesario ver la robótica como una herramienta evolucionada que nos puede ayudar a ser más productivos”. Por su parte, Fernando de la Rosa quiso resaltar que “el debate sobre qué es lo que nos une y nos separa de un robot dentro de 10 años se habrá extinguido”.
Frenos en la tecnología
En cuanto a los frenos que está sufriendo la introducción de esta tecnología en las empresas, Sergio Martín señala que “muchas veces es la inversión. Pensamos que los robots son para empresas grandes. Esta la primera barrera que cae, porque lo cierto es que se amortiza muy rápido”.
El otro freno es el conocimiento tecnológico. En este sentido, Martín apuntó que “la robótica colaborativa también derriba este mito. Es fácil de manejar y no es necesario tener una infraestructura de informáticos detrás”.
Por su parte, Fernando de la Rosa, afirmó que “hay dos tipos de empresas. Las que intuyen dónde se encuentra el futuro y las que se mueven por miedo. Pero hay que tener claro que si no introduces tecnología, dentro de ocho años vas a tener un gran problema. Nos toca normalizar la introducción de tecnologías de forma continua dentro de la empresa porque el mundo se mueve muy rápido”.
Dar el alto a la robótica colaborativa
En cuanto a qué es lo que tienen que tener en cuenta las empresas que están pensando en introducir la robótica colaborativa, Martín señaló que “lo primero es plantearte cuál es tu objetivo. Puede ser mejorar tu rapidez, flexibilidad, costes… o quizá los tres aspectos. Hay que hacer un análisis detallado de cuál es tu proceso productivo y cómo puedes mejorar”.
En este sentido, Martín apuntó también que “en ABB hemos puesto en marcha el Centro de Innovación para Clientes, que nos permite ayudar al cliente en todas sus dudas. El mejor consejo que puedo dar a todas las personas que se estén planteando invertir en robótica colaborativa es que se rodeen de quien les pueda ayudar”, señala Martín.
Para concluir, Fernando de la Rosa manifestó que “siempre hemos vivido rodeados de la tecnología. Tenemos delante un conjunto de herramientas que nos van a llevar a replantearnos nuestro trabajo. Y si miramos el lado bueno de la tecnología, descubriremos un mundo de posibilidades”.