Entrevistamos a Sergio Martin, Gerente de Robótica y Automatización de ABB para España y Portugal, que nos habla de cómo puede ayudar la robótica colaborativa a la pequeña y mediana empresa, y en sectores más allá de la manufactura, como la logística, el retail o el de alimentación y bebidas. Con un nivel de inversión de entre 25.000 o 30.000 dólares, el retorno de la inversión de los cobots se sitúa por debajo del año, lo que puede convertirse en una excelente opción para aquellas empresas que como consecuencia de la pandemia buscan ser más rápidas o hacer más flexible su producción.
¿Qué son los robots colaborativos y cuál es su utilidad?
Los cobots son una evolución del robot industrial que han desarrollado su capacidad de trabajar de forma segura con el operario. Hemos hecho desaparecer toda la parte de seguridad que requería antiguamente el robot, de manera que el operario puede trabajar incluso tocándole. Además, se ha convertido en una herramienta adicional de ayuda, capaz de realizar de forma segura tareas que el profesional no puede hacer, enriqueciendo así el entorno de trabajo.
¿Cuál es el valor añadido de los cobots GoFa y SWIFTI?
Estos cobots vienen a completar nuestra gama de robots colaborativos y lo que aportan es, sobre todo, simplicidad en su utilización. Tienes un robot que además de colaborativo es seguro y muy fácil de programar. Hemos conseguido, incluso, que la manera de moverlos sea muy sencilla. Podemos llevar al robot a una nueva posición y programarlo de una manera fácil e intuitiva.
¿Se necesita de la ayuda de especialistas en programación para su instalación?
Somos conocedores que la programación es un terreno árido. Con GoFa y SWIFTI hemos intentado que esa barrera desaparezca. Utilizaremos un móvil o una tableta para programarlo mediante instrucciones gráficas. De esta manera eliminamos también la necesidad de tener un ingeniero o un programador en plantilla.
¿Qué otras cualidades pueden hacer interesantes estos cobots?
Hemos aumentado tanto la velocidad como la capacidad de carga en la robótica colaborativa. Nuestro primer robot estaba enfocado más a la industria de la electrónica, para la que una capacidad de carga de 500 gramos era más que suficiente. Pero estos robots se han diseñado para trabajar también en otros entornos en la pequeña y mediana empresa, por lo que son muy flexibles. Pueden manipular hasta 5 kilos e ir a una velocidad de hasta 2 metros por segundo y en el caso de SWIFTI hasta 5 metros por segundo. Son unos robots que nos ayudan haciendo la producción más flexible y asequible, y que, por su diseño y características, están preparados para emprender una variedad muy amplia de aplicaciones.
¿Cuál es el perfil de compañías o qué sectores pueden sacar partido a los cobots?
No están dirigidos a un perfil en concreto. Podemos verlos tanto en grandes compañías como en pequeñas y medianas empresas, que pueden estar especialmente interesadas en su facilidad de instalación y programación. Estamos hablando de un nivel de inversión de entre 25.000 o 30.000 dólares, y un retorno de la inversión por debajo del año, por lo que es una posibilidad para pequeñas y medianas empresas no solo de manufactura o fabricación, sino también laboratorios o retail que estén buscando un crecimiento.
¿Existe soporte o asistencia técnica por parte de ABB para los clientes?
Para hacer más fácil la adquisición y distribución de este tipo de robots facilitamos un soporte 24 horas durante los primeros seis meses de manera gratuita. Muchas veces, en la pequeña y mediana empresa se piensa que la robótica es para grandes empresas. Simplemente explicándoles cómo es el producto y dándoles la facilidad de servicio eliminamos mucho peso a la hora de tomar la decisión de adquirir uno de estos cobots. Además, tenemos siete oficinas en toda España, lo que implica que estamos muy cerca de los centros de producción.
Si tuviera que destacar alguna característica de estos cobots, ¿cuál sería?
Su simplicidad de uso. El entorno de programación es totalmente nuevo. Cuando pensamos en robótica colaborativa necesitamos que no solo colabore con el operario sino que sea muy asequible. Es como cuando compras un teléfono móvil. Nadie se lee el manual de instrucciones. Pues eso mismo queremos que pase con GoFa y con SWIFTI, y para ello hemos diseñado una plataforma que se llama Wizard Easy Programming, que es un entorno de programación táctil y visual, lo que implica que no necesitas contar con un programador. Será el operario o el propio responsable de la cadena el que directamente lo pueda ubicar donde desee y hacer que comience a trabajar.
Cuando una empresa busca hacer la línea de producción más productiva puede ser necesario un responsable de procesos o una ayuda externa de automatización, pero desde ABB intentamos que la pequeña y mediana empresa, con unos recursos más limitados, no requiera de un departamento de oficina técnica o de ingeniería. Y lo hacemos con un producto que es muy fácil de utilizar.
¿Qué papel están desarrollando los cobots de ABB en la pandemia?
La pandemia ha creado una ola de oportunidades. Los problemas de escasez de mano de obra o dificultad de producción han hecho que las empresas se pregunten cómo adaptarse y ser más rápidas o hacer más flexible la producción. Son nuevos retos en los que la automatización y la robótica juegan un papel importante, sobre todo en industrias que no son de manufactura y las áreas donde antes era más difícil ver un robot, como alimentación y bebidas, retail, logística o laboratorios.
¿Considera que las empresas están suficientemente informadas acerca de las ventajas de los cobots?
Desde ABB nos hemos planteado cómo ayudar a nuestros clientes y de ahí la inauguración, hace ahora un año, del Customer Innovation Center (CIC), un centro abierto en el que pretendemos ayudar a nuestros clientes a innovar en digitalización y robotización, y transformarnos en sus compañeros de viaje. El centro está ubicado en Sant Quirze del Vallès, Barcelona y tenemos el equipamiento necesario para aquellos clientes que nos quieran visitar. Es una excelente opción para que cualquier empresario que esté pensando en invertir en robotización pueda venir y contarnos qué solución quiere diseñar, en cuánto tiempo y el nivel de inversión que quiere asumir.
En el CIC, así como en las siete oficinas que tenemos repartidas por España, podemos trabajar con en él en el proyecto, de manera gratuita, con simulaciones 3D para hacer una prueba de concepto y conseguir así que se vaya sabiendo si su proyecto es viable o entra en sus márgenes de retorno de inversión.
¿Qué barreras o reticencias suele observar ABB en los empresarios que buscan robotizar sus líneas?
Por un lado, la primera barrera es la económica. Muchos empresarios dudan acerca de si un robot le puede ser útil o si su uso solo está orientado a grandes industrias. En este punto nos falta el análisis del retorno de la inversión. Hay que tener en cuenta que, en menos de un año, con ese robot tienes un equipo productivo que genera mucho más de lo que has invertido.
Por otro lado, también está el miedo a la tecnología. Por eso en ABB, cuando hablamos de robótica colaborativa, lo hacemos desde la perspectiva de la simplicidad, eliminando esa barrera. Y otro de los puntos que también se plantean los empresarios es qué pasará con los puestos de trabajo. En este caso, cuando analizamos la robótica y el empleo vemos que los países más robotizados son los que menos tasas de desempleo tienen porque son más competitivos y producen más rápido y con mayor competitividad, lo que les permite no eliminar puestos de trabajo, sino darles más valor.
¿En qué punto se encuentra la automatización y el uso de la robótica en España?
Hay un informe de la Federación Internacional de Robótica que responde a cómo está España en este ranking de robotización, estableciendo diferencias entre dos tipos de industria: la del automóvil y la del resto de sectores. Dentro de la industria del automóvil, estamos en unos índices de unos 1.000 robots por cada 10.000 empleados. Es decir, que esta industria, en España, está altamente robotizada y nos sitúa en la cuarta posición en el mundo por la tradición que tiene nuestro país en este sector. En las otras industrias, sin embargo, España tiene 191 robots por cada 10.000 empleados. Es un índice de robotización bajo que nos indica que tenemos mucho camino por recorrer. Estamos, en cualquier caso, en la posición 13 del mundo.
En función de estas cifras podemos deducir que España es un país industrial con un enorme potencial de crecimiento de la robótica colaborativa en áreas como, por ejemplo, la logística. Lo corrobora también una encuesta de la Asociación Española de Robótica y Automatización, que señala que el 85% de las empresas tienen planificado robotizarse en los próximos años.
¿Qué planes tiene ABB a corto/medio plazo?
Como líder tecnológico y de robótica colaborativa que es, ABB ha ido creciendo progresivamente. El Covid-19 nos ha dado la oportunidad de explorar otras industrias además de la del automóvil, enfocarnos en robots colaborativos y ver cómo podíamos ayudar a otras industrias como la logística, el retail o la de alimentación y bebidas, donde, en cualquier caso, siempre hemos estado presentes.
En el futuro, la robótica será clave en este tipo de industrias de la mano de ABB y de toda la ingeniería que somos capaces de desarrollar. En este sentido, estamos animando a los centros de formación a que se consoliden como un paso intermedio a la industria, y ya tenemos a más de 200 universidades con robots ABB. Todo ello me hace augurar una industria muy saludable en los próximos años y ABB estará allí, ayudando a que nuestro futuro sea aún mejor.