Antiguamente para medir la corriente que pasa por un cableado se utilizaba un transformador de corriente bastante peligrosos en algunas circunstancias, o una resistencia de muy baja resistencia adaptada a la intensidad a medir.
Actualmente tanto en continua como alterna se utiliza el sensor de efecto Hall.
Es un elemento que detecta el campo magnético creado concéntricamente en el conductor y lo amplifica para su medición, dando una señal proporcional a lo captado.
Su principio de funcionamiento es el efecto Hall, denominado así por su descubridor Edwin Herbery Hall, en 1849.
Al hacer circular una corriente eléctrica a lo largo de un semiconductor en presencia de un campo magnético, los electrones son desviados por efecto del campo magnético, dando lugar a una tensión perpendicular a la corriente y al campo magnético.
Este sensor es bastante barato, fácil de conseguir y adaptar a circuitos microprocesados.
Su principal ventaja es que no necesita contacto, solo cercanía al cable conductor.